Héctor Anglada: El perfil bajo del actor que sorprendió a Jacqueline Bisset
Héctor Anglada, el actor argentino, siempre fue conocido por su perfil bajo y su preferencia por pasar desapercibido. Incluso en un festival de cine en Mar del Plata, Jacqueline Bisset se acercó a saludarlo y él pensó que era simplemente una turista que le había pedido un autógrafo en el desayunador del hotel. Esta anécdota siempre la contaba Anglada, no para presumir, sino para mostrar su mezcla de culpa y vergüenza inocente al descubrir quién era realmente. “No lo podía creer, qué papelón me mandé”, admitía con humildad.
Anglada era feliz en la “Popularísima”, una bailanta del barrio Once en la que disfrutaba de la música cuarteto cordobesa. Evitaba las fiestas del ambiente artístico porque simplemente no se sentía cómodo en ellas. En su vida sencilla en Villa Carlos Paz, era apodado “El Córdoba”. Creció junto a su amada “nonna” y sus tres hermanos en un hogar modesto, donde todos hacían todo lo posible por evitar necesidades, aunque a veces tenían que enfrentarlas como podían.
Antes de triunfar como actor, Anglada trabajó en diversos oficios para sobrevivir. Fue canillita, heladero, bombero voluntario, lavacopas, cafetero, entre otros. Disfrutaba del contacto con la gente y no quería estar encerrado entre cuatro paredes. Incluso incursionó en el boxeo, entrenado por Santos “Falucho” Laciar, otro cordobés. Aprendió albañilería y llegó a ser conocido como el “arreglatutti” en un hotel de Carlos Paz. Fue allí donde conoció a alguien que cambiaría su vida para siempre.
Un día, mientras hacía compras para el almuerzo, Anglada se encontró con Israel Adrián Caetano, un director de cine al que conocía de jugar al fútbol cerca del hotel, pero desconocía su profesión. Caetano vio en Anglada una espontaneidad y desinhibición únicas, y lo invitó a participar en un cortometraje publicitario. Así comenzó la carrera actoral de Anglada.
Caetano siguió confiando en Anglada y le dio la oportunidad de participar en su película “Pizza, birra, faso” junto a Bruno Stagnaro. Esta película marcó un hito en el cine argentino y Anglada fue reconocido y premiado como “revelación masculina” por su interpretación del personaje “El Cordobés”. Anglada vivía en el Bajo Flores y solía ir en bicicleta a las grabaciones. Cuando su carrera comenzó a despegar, decidió traer a su abuela desde Córdoba para tenerla cerca y devolverle el amor que ella le había dado de niño.
Anglada participó en otros éxitos como “Gasoleros” y “Campeones de la vida”. Estudió con Norman Briski y se inspiraba en actores como Al Pacino, Antonio Banderas y Robert De Niro. Anglada siempre recordaba las emociones que generaba en su abuela ver sus películas, incluso cuando interpretaba papeles que no le gustaban. Siempre sintió una gran admiración por Caetano, quien le abrió las puertas de la industria cinematográfica.
Desafortunadamente, el 2 de marzo de 2002, Anglada perdió la vida en un trágico accidente de tránsito. Mientras conducía su motocicleta acompañado por su colega Juan Mendive, fueron atropellados por un colectivo. El conductor del colectivo se dio a la fuga sin prestar auxilio y, aunque fue encontrado y sentenciado a tres años de prisión en suspenso por doble homicidio culposo, quedó en libertad debido a que la pena fue excarcelable.
Héctor Anglada falleció a los 26 años, dejando atrás una prometedora carrera en el cine argentino y una gran cantidad de sueños por cumplir. Siempre será recordado como un actor talentoso y humilde que logró destacarse en la industria gracias a su carisma y autenticidad.