A medida que la atención pública se enfoca en el futuro del megadecreto revelado por el Presidente y sus ministros, Javier Milei ha designado al sucesor de Malena Galmarini como presidente de Agua y Saneamientos Argentinos S.A (AySA). Esta empresa es de gran importancia debido a su vínculo con la provincia de Buenos Aires y los municipios del conurbano, a través de las inversiones en infraestructura y los acuerdos de financiamiento internacional en curso.
El elegido para ocupar este cargo es Marcelo Papandrea, quien contará con la compañía de Oscar Pedro Ernesto Ferrari como vicepresidente en un nuevo directorio. Este directorio estará integrado también por Mauricio González Botto, secretario de Empresas y Sociedades del Estado de la Jefatura de Gabinete de Ministros de la Nación, Patricio Jaccoud, subsecretario de la misma dependencia, y José Luis Lingeri, secretario general del Sgbatos, quien representa a los accionistas clase B, es decir, a los trabajadores de AySA.
De esta manera, AySA, la empresa responsable del suministro de agua potable y servicios cloacales para más de 14 millones de habitantes de la Ciudad de Buenos Aires y 26 partidos de la Provincia de Buenos Aires, ya cuenta con un nuevo directorio, según destacó el Gobierno en un comunicado. Es notable que la imagen utilizada en el comunicado del Gobierno haya sido la de la bandera de AySA en lugar de una foto de Papandrea y los nuevos directores, lo cual podría indicar que el nuevo funcionario mantendrá un perfil bajo, a diferencia de la exposición pública que tuvo Malena Galmarini, esposa de Sergio Massa, durante su gestión en AySA.
En su columna de este jueves, Carlos Pagni adelantó la designación de Papandrea y los desafíos que enfrentará en AySA. Según Pagni, “la sucesión en esa compañía ha sido objeto de un pacto entre Massa y Milei. Alguien familiarizado con esa transición explica: ‘Sergio pidió que alguien que no persiguiera a Malena ocupara ese cargo, y se lo concedieron’. Esta es una de las razones por las cuales ha habido tantas dificultades para encontrar un presidente para la compañía. Al final, Marcelo Papandrea aceptó el cargo. No es un amigo de Massa, pero proviene de las empresas de Jorge Brito, el padrino fallecido del exministro de Economía”.
Parece que Papandrea es consciente de que está ingresando en un terreno complicado. Tal vez por eso, quiso asegurarse de que la responsabilidad por lo ocurrido en el pasado recaiga en otro lugar. Según Pagni, “Nicolás Posse, el jefe de Gabinete, ha encargado una auditoría de AySA”. Este es un trabajo delicado por varias razones, entre las cuales se incluye una licitación escandalosa de insumos químicos que benefició a Mauricio Filiberti, quien encajaría perfectamente en el perfil de “empresario prebendario” que Milei denunció durante la campaña. Filiberti, conocido como “Mauri” por los Massa, ha acumulado una enorme fortuna como proveedor privilegiado de la compañía.
Otro escándalo que podría generar problemas a los auditores es la compra de vehículos por valor de 25 millones de dólares. Sin embargo, los Massa no parecen preocupados por este tema, ya que el juez a cargo de la investigación es Ariel Lijo, quien es conocido por su polémico historial. Carlos Pagni se pregunta si Lijo sabe que los vehículos comprados por Galmarini aún no han sido entregados, y si los auditores están al tanto de esta situación.