La República Argentina ocupa el puesto 98 en el Índice de Percepción de la Corrupción
La República Argentina ha obtenido una calificación de 37 puntos sobre 100 posibles en el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC), ubicándose en el puesto 98 entre 180 países evaluados. Este resultado representa el cuarto año consecutivo en el que el país experimenta una disminución en su calidad institucional en la lucha contra la corrupción.
Retroceso global en la lucha contra la corrupción
Según los datos publicados por Transparencia Internacional, la caída en la posición de Argentina se produce en un contexto de retroceso global en la lucha contra la corrupción. La mayoría de los países han experimentado avances mínimos o nulos en la adopción de medidas y políticas para combatir la corrupción en el sector público.
Problemas de corrupción a nivel global
El promedio general del IPC se ha mantenido en 43 puntos, sin cambios significativos respecto al año anterior. Esto indica que más de dos tercios de los países evaluados tienen una puntuación inferior a 50, lo que señala graves problemas de corrupción a nivel mundial, según Transparencia Internacional.
En el caso de Argentina, la calificación de 37 puntos obtenida en esta medición representa una disminución de un punto con respecto a 2022 y una caída de cuatro puestos en el ranking, pasando del puesto 94 al 98.
Pablo Secchi, director ejecutivo de Poder Ciudadano, el capítulo argentino de Transparencia Internacional, destaca que Argentina lleva mucho tiempo estancada en la lucha contra la corrupción y que no se han realizado esfuerzos significativos en los últimos años para reducir este problema.
Secchi explica que los cambios en las intervenciones de los organismos de control de la corrupción y la influencia política en el poder judicial hacen que la lucha contra la corrupción avance lentamente en el país.
El informe de Transparencia Internacional también resalta que la falta de independencia del Poder Judicial contribuye a la impunidad de los corruptos y poderosos en los países de América Latina. El Poder Judicial no cumple adecuadamente su papel de controlar las otras ramas del gobierno.
Luciana Torchiaro, asesora regional de Transparencia Internacional, opina que los países de la región deben trabajar para tener poderes judiciales fuertes e independientes que garanticen la rendición de cuentas y la justicia. La falta de ello erosiona los fundamentos de la democracia y el Estado de derecho.
Canadá y Uruguay lideran la lucha contra la corrupción en la región
En el ranking regional, Canadá y Uruguay se encuentran en la cima con 76 y 73 puntos respectivamente, gracias a sus sólidos contrapesos y controles. En el otro extremo de la tabla se ubican Venezuela (13), Haití (17) y Nicaragua (17).
El director ejecutivo de Transparencia Internacional, Daniel Eriksson, destaca la necesidad de combatir la corrupción, ya que este fenómeno agrava la injusticia social y afecta desproporcionadamente a los más vulnerables.
Eriksson afirma que en muchos países persisten obstáculos que impiden que las víctimas de corrupción obtengan justicia y que es necesario eliminar estas barreras para garantizar un acceso efectivo a la justicia. También señala la importancia de contar con sistemas legales justos e inclusivos donde las voces de las víctimas sean escuchadas en cada etapa. Cualquier otra posibilidad sería una afrenta a la justicia.
Transparencia Internacional utiliza también el Índice de Estado de Derecho como parámetro, el cual muestra un declive en el funcionamiento de los sistemas judiciales. Los países con puntuaciones más bajas en este indicador también obtienen calificaciones bajas en el IPC, lo que indica una clara conexión entre el acceso a la justicia y la corrupción.
El presidente de Transparencia Internacional, François Valérian, advierte que la corrupción seguirá aumentando hasta que los sistemas judiciales puedan sancionar los actos indebidos y establecer controles gubernamentales.
Valérian enfatiza que cuando la justicia puede comprarse o ser influenciada políticamente, las personas son las que sufren. Los líderes deben comprometerse plenamente a fortalecer e garantizar la independencia de las instituciones encargadas de aplicar la ley y enfrentar la corrupción. Es hora de poner fin a la impunidad de la corrupción.
En cuanto a los datos globales del IPC, Dinamarca lidera el índice por sexto año consecutivo con 90 puntos, seguida de cerca por Finlandia y Nueva Zelanda con puntuaciones de 87 y 85 respectivamente. En el otro extremo de la escala se encuentran Somalia (11), Venezuela (13), Siria (13), Sudán del Sur (13) y Yemen (16).