Un economista reconocido ha comparado la gestión de Luis Caputo con la de Celestino Rodrigo, haciendo hincapié en la arriesgada apuesta que ambos realizaron en sus respectivas épocas. Aunque sus destinos finales fueron diferentes, la similitud radica en la decisión de sincerar precios y llevar a cabo medidas económicas drásticas.
En el pasado reciente, José Ber Gerlbard distorsionó los precios de la economía, construyendo una bomba que resultó difícil de desarmar. Luego, Alfredo Gómez Morales intentó implementar una estrategia de gradualismo, pero sin éxito. Y finalmente, llegó Rodrigo, quien decidió sincerar precios sin tener un claro entendimiento de las consecuencias.
Rodrigo logró avances en su gestión, pero se encontró con la resistencia de los sindicatos y la sociedad en general. Esto resultó en una experiencia traumática que aún se recuerda. Ahora, Caputo se encuentra en una situación similar, tratando de sincerar precios y resistiendo las embestidas políticas y sindicales.
El principal desafío para Caputo no será tanto el aspecto económico, sino obtener apoyo político para llevar a cabo medidas drásticas que implicarán una desregulación, liberalización y simplificación sin precedentes en Argentina.
No es casualidad que Caputo haya retuiteado un mensaje de Javier Milei que mencionaba la necesidad de congelar la cantidad de dinero para terminar con la hiperinflación. Esto demuestra que Caputo está dispuesto a tomar medidas extremas para estabilizar la economía.
Caputo, junto con Santiago Bausili y Pablo Quirno, quienes tienen experiencia en el mercado financiero, entienden que la estabilización de la economía argentina depende en gran medida de la estabilidad del tipo de cambio. Hasta ahora, los agentes económicos han respondido favorablemente, pero es necesario más tiempo para que la confianza se consolide.
Dos claves importantes para lograr esta confianza son la eliminación del déficit fiscal y una reforma estructural que incluye desregulación y apertura. Estas medidas se están llevando a cabo a través de un megadecreto y un paquete de leyes que se enviarán al Congreso. Sin embargo, aún queda por ver si estas medidas serán suficientes para compensar la apreciación del tipo de cambio y los aumentos de impuestos.
En el corto plazo, el Gobierno planea subir las tarifas de los servicios públicos para eliminar cualquier atraso en los precios relativos. Esto inevitablemente llevará a un aumento significativo en la inflación en los próximos meses.
En cuanto al tipo de cambio, el Banco Central confía en que la expectativa de devaluación se mantendrá anclada debido a la baja de tasas. Aunque los diarios han pronosticado lo contrario, la demanda estacional de pesos en diciembre y enero ha impulsado la preferencia por las inversiones en pesos en lugar de dólares.
Sin embargo, es crucial que el Banco Central mantenga un control del tipo de cambio para evitar una corrida con el dólar y una mayor brecha cambiaria. Si las expectativas de inflación cambian, esto podría desencadenar una crisis en el mercado cambiario.
En cuanto al megadecreto, se espera que tenga un impacto significativo en diferentes aspectos de la economía. Dentro de los más de 300 cambios propuestos, destacan las modificaciones laborales que generarán controversia y resistencia por parte de los sindicatos.
Si el experimento de Caputo tiene éxito, el Gobierno podría levantar el cepo cambiario a mitad de año y unificar el tipo de cambio. Esto podría atraer inversiones y mejorar la situación económica del país. Sin embargo, será necesario superar numerosos obstáculos políticos y judiciales para lograrlo.
Caputo y Milei están apostando por medidas drásticas para estabilizar la economía argentina. Si tienen éxito, podrían abrir la puerta a una dolarización de facto y mejorar la confianza en la economía. Sin embargo, el camino hacia la estabilización será difícil y requerirá el apoyo político y la tolerancia de la población.